lunes, 4 de enero de 2010

Se me secaron los ojos de no buscarla de pretender no sentirla,

las reglas de estos silencios me están reventando los oídos

No vine de pescar,

No quiero sembrar mis anzuelos en su piel como tardes de ficción, no quiero la sensatez del caprichoso contacto, pretendo mostrarme sin escamas dejarle un escáner detallado de mis corrientes sanguíneas. Y yo creo que estas coleccionando, espero no entrar en la viñeta, no pertenecer al estante, me alegra no llenar las expectativas, no ser lo suficientemente extenso para cambiar la rutina, quisiera acercarme, pero creo que la sensatez de lo que se siente, me mescla con las rutas del destino. Esta salida de emergencia me sabe a tantas otras, a luz reciclada, a calor en estado de ebullición a relicario viejo y descolorido… Supongo que escoge, negocia con la esperanza, con la inmutable levedad de buscar lo incierto. Y a pesar de todo quiero su silueta, la imagen que de usted han tallado mis soledades, quiero entender el límite en donde se esconden las tiempo-pirañas, saborear el color de su máscara treparme a su cama una noche sin luna...Estoy cansado de los tropezones mejor me instalo un espejo en los tobillos para cuidarme del roció que salpican sus clamores, sus desentonadas reservas… conoce su ventaja, sabe cultivar distancias, sembrar silencios entrenar olvidos, en usted está la sutil esencia de develar ruegos , yo no pienso arrastrarme, mujer de bruma, aunque me sujeta la mirada el camino por donde usted habita , yo no pienso sembrar mis dolores en el norte de su cama, quedarme por las noches tirando piedritas a su ventana, me quedo con el resplandor de su imagen con la tenue certeza de amarrar lo que no existe, escribiendo esta y otras dos líneas , esperando conocer su cara, conocer las sombras tenues que se mesclan con sus mitos .

Entre las ficciones de lo establecido, yo me contengo, me quedo mirando al piso, desmembrando los segundos cual ratas de laboratorio, pestañando a veces, parado en la rutina, esperando, casi como asiendo fila, en la recepción del instinto guiado mas pir esencia que por sensatez, mi piel se prolonga, casi como una sombra con las fosas nasales reventadas de rastrear su esencia, yo no pretendo amarrarme a su silueta, solo quiero sembrar su sombra en mi almohada

Estoy rastreando su sutil olor por las paredes de mis nostalgias, desmembrando los segundos cual ratas de laboratorio, pestañando a veces, parado en la rutina, esperando, casi como asiendo fila, amarrando las bisagras de silencio pa no quedarme en la sensatez del que sabe, en la irreverencia del que pretende. Estoy imaginando el adecuado color de la búsqueda, el sutil mediterráneo de lo incierto. Quiero escaparme con un pedazo de sus ficciones, reventarme la conciencia con su boca, doblegar sus certezas con una marea de invenciones,

Quiero construir una escalera de susurros, un amontonamiento de siluetas, una tenue distinción entre lo que se ve pero no se toca. Espero una sombra que me acoja, un destello, navegante y furtivo. Una sutil y dulce melancolía escondida en los placeres del desconcierto.

…Y aclaro que no espero el renacer del silencio en el espacio oculto de una mirada, más bien una señal de ultratumba, una sutil conversación en el escondite mismo del tiempo.